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Proyecto Humanidades Ética y valores Bullyng

Bullyng

Publicado el 20 Octubre de 2012

Autor: Jenny Paola Murillo Garcia

Descripción

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Conductas violentas por parte de los estudiantes delos grados, tercero, cuarto, quinto y sexto de la Institución Educativa Caño Bonito del municipio de Vélez, Santander, para darle solución a sus conflictos; los cuales provocan un ambiente de tensión en el aula de clase y para el docente es difícil darle solución a estos conflictos ya que algunos padres se niegan a colaborar porque creen que sus hijos nunca hacen algo malo.

Descripción del problema:                                                                      

El análisis sobre las causas de la Violencia Escolar ha presentado diferentes posiciones entre las que están: la relación que existe con los contextos socioeconómicos marginales y de pobreza, “la exclusión, la falta de presencia del estado, la escasa provisión de servicios sociales y la desigualdad de ingresos o de activos” (Sánchez & Núñez, 2001, en Murcia, 2004) son actos de discriminación política, social y económica que convierten a sus habitantes en sujetos de desigualdad, desprecio y resentimiento, que es expresado de forma catártica a través del  lenguaje y el comportamiento violento, siendo cotidiano para las personas, las comunidades y construyendo culturas enmarcadas en los parámetros de la violencia. Sus continuas practicas y experiencias se asumen con naturalidad y se imitan y aprenden con total exactitud creando pautas que según Chaux (en Torrente, 2005) son denominadas como los “ciclos de la violencia”.  

Según un estudio contratado por la Secretaría de Gobierno de Bogotá y realizado en conjunto por la Universidad de los Andes y el DANE entre marzo y abril de 2006, sobre la violencia escolar en Instituciones educativas de la ciudad de Bogotá, es el más completo que se haya realizado en nuestro país, arrojando resultados muy preocupantes. Uno de cada dos de los estudiantes ha sido robado en su colegio (56%) y uno de cada tres ha sido objeto de golpes y maltrato físico por parte de sus compañeros en las instalaciones del colegio (32%). De estos últimos, 4.330 dijeron haber requerido atención médica después de la agresión, y 2.580 aseguraron que quien los amenazó, portaba un arma.

Respecto a las víctimas, uno de cada dos acepto haber insultado a un  compañero en el año anterior (46%), y uno de cada tres aceptó haber ofendido y golpeado a otro compañero (32%)(El Tiempo, 27 de Marzo de 2008 y El Espectador, 29 de Marzo de 2008).


De tal forma, se evidencia que la denominada violencia escolar es el resultado de procesos inadecuados de autoridad y pautas de crianza desde el seno del hogar aunado esto a complejas  tensiones y fracturas de las estructuras familiares, Políticas, económicas y sociales de los últimos años, así la violencia ejercida por los niños y jóvenes  en el ámbito escolar, no es más que una respuesta a las violencias más invisibles que sufren desde su primera infancia en la familia, en la escuela, en el barrio, así como  de los medios de comunicación”. Hay que aclarar que a pesar de que el Gobierno Nacional ha establecido en la mayoría de las regiones del país la gratuidad educativa, se le ha olvidado asignar los recursos necesarios para la adquisición de materiales  y  herramientas para que el docente  pueda desarrollar de manera optima su rol, no solo académico sino además reorientar el sentido y proyecto de vida de los educandos, incrementando de esta forma la violencia escolar.

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Ficha técnica

Área:Humanidades

Asignatura:Ética y valores

Edad: - No hay restriccion de edad

Duración:

Herramientas:

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Objetivos

OBJETIVO GENERAL:

Detallar el manejo  que los docentes de la Institución Educativa Caño Bonito sede A de Vélez, Santander, tienen ante situaciones de violencia  presentadas por  los estudiantes de los grados tercero, cuarto, quinto y sexto  en el entorno escolar, con el fin de plasmar propuestas de mediación y prevención tendientes a reducir  el problema.

 

OBJETIVOS ESPECIFICOS:

Establecer el perfil de la población de estudio.

 

Describir el significado que los docentes tienen frente al término de violencia. 

Determinar las actitudes que tienen los docentes ante las situaciones de violencia escolar presentadas en el entorno escolar.

Implantar  mecanismos y estrategias pedagógicas para minorar el problema de la violencia escolar.

 

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Recursos

JUSTIFICACION

El proyecto Actitud de los docentes ante situaciones de violencia en las aulas y la prevención del conflicto  a través del  el uso de  las tic como estrategias mediadoras, nace de la preocupación de evidenciar  manifestaciones violentas y los conflictos a que se enfrentan  a diario los estudiantes del  grado tercero, cuarto, quinto y sexto  de la Institución educativa Caño Bonito.

Es importante reconocer el  papel que juega la educación en la sociedad, ya que con ella podemos construir convivencia social, es por eso que debemos  aprender a generar ambiente agradable donde las personas sean capaces de transformar su entorno con  acciones que  favorezcan la interacción social en el aula de clase porque es allí donde nos formamos como individuos capaces de entender, analizar, comprender y dar alternativas de solución a la problemática que vivimos diariamente en nuestro país.

Por tal razón es de suma importancia conocer las características del contexto en el que se desenvuelven los estudiantes asumiendo  comportamientos y actitudes de agresividad, violencia, intimidación, conductas antisociales, conductas disruptivas, que se generan tras observar y vivenciar diferentes acciones en el ámbito social y familiar que luego pasan a realizarlas dentro del aula de clase impidiendo la buena convivencia pacífica entre compañeros, cabe resaltar que estas actitudes mencionadas anteriormente se deben a que en la mayoría de los casos los niños y niñas carecen de afecto por parte de su familia la cual debería propiciar y fortalecer relaciones de respeto y tolerancia ya que si se evidencian dentro de ella se reflejaran en el aula de clase, por tal


Motivo la familia juega un papel esencial en cuanto al comportamiento del educando en el aula pues los problemas que se desarrollan en el hogar hacen que el niño se desahogue en el aula con conductas agresivas como golpes e insultos hacia sus compañeros lo que propicia en gran medida que dentro del aula surjan conflictos que impidan la armonía para llevar acabo una buena convivencia.

La violencia es un producto de la sociedad, es socialmente producida y por eso se la puede prevenir socialmente. La violencia no resulta de la manifestación de comportamientos instintivos sino de la expresión de comportamientos alienados, que no brotan espontáneamente sino que se adquieren a través de procesos específicos de privación, frustración y socialización. Una de las funciones primordiales de la escuela en el mundo de hoy es la de enseñar a vivir juntos en armonía y a convivir con base en el respeto a las diferencias y a los derechos de los demás, es por eso que la razón de la presente investigación es poder describir las actitudes que los docentes de la Institución Educativa Caño Bonito del Municipio de Vélez, Santander,  tienen frente a las situaciones de  violencia escolar  que presentan los estudiantes en su ámbito escolar.

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Requisitos

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Proceso

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Conductas violentas por parte de los estudiantes delos grados, tercero, cuarto, quinto y sexto de la Institución Educativa Caño Bonito del municipio de Vélez, Santander, para darle solución a sus conflictos; los cuales provocan un ambiente de tensión en el aula de clase y para el docente es difícil darle solución a estos conflictos ya que algunos padres se niegan a colaborar porque creen que sus hijos nunca hacen algo malo.

Descripción del problema:                                                                      

El análisis sobre las causas de la Violencia Escolar ha presentado diferentes posiciones entre las que están: la relación que existe con los contextos socioeconómicos marginales y de pobreza, “la exclusión, la falta de presencia del estado, la escasa provisión de servicios sociales y la desigualdad de ingresos o de activos” (Sánchez & Núñez, 2001, en Murcia, 2004) son actos de discriminación política, social y económica que convierten a sus habitantes en sujetos de desigualdad, desprecio y resentimiento, que es expresado de forma catártica a través del  lenguaje y el comportamiento violento, siendo cotidiano para las personas, las comunidades y construyendo culturas enmarcadas en los parámetros de la violencia. Sus continuas practicas y experiencias se asumen con naturalidad y se imitan y aprenden con total exactitud creando pautas que según Chaux (en Torrente, 2005) son denominadas como los “ciclos de la violencia”.  

Según un estudio contratado por la Secretaría de Gobierno de Bogotá y realizado en conjunto por la Universidad de los Andes y el DANE entre marzo y abril de 2006, sobre la violencia escolar en Instituciones educativas de la ciudad de Bogotá, es el más completo que se haya realizado en nuestro país, arrojando resultados muy preocupantes. Uno de cada dos de los estudiantes ha sido robado en su colegio (56%) y uno de cada tres ha sido objeto de golpes y maltrato físico por parte de sus compañeros en las instalaciones del colegio (32%). De estos últimos, 4.330 dijeron haber requerido atención médica después de la agresión, y 2.580 aseguraron que quien los amenazó, portaba un arma.

Respecto a las víctimas, uno de cada dos acepto haber insultado a un  compañero en el año anterior (46%), y uno de cada tres aceptó haber ofendido y golpeado a otro compañero (32%)(El Tiempo, 27 de Marzo de 2008 y El Espectador, 29 de Marzo de 2008).


De tal forma, se evidencia que la denominada violencia escolar es el resultado de procesos inadecuados de autoridad y pautas de crianza desde el seno del hogar aunado esto a complejas  tensiones y fracturas de las estructuras familiares, Políticas, económicas y sociales de los últimos años, así la violencia ejercida por los niños y jóvenes  en el ámbito escolar, no es más que una respuesta a las violencias más invisibles que sufren desde su primera infancia en la familia, en la escuela, en el barrio, así como  de los medios de comunicación”. Hay que aclarar que a pesar de que el Gobierno Nacional ha establecido en la mayoría de las regiones del país la gratuidad educativa, se le ha olvidado asignar los recursos necesarios para la adquisición de materiales  y  herramientas para que el docente  pueda desarrollar de manera optima su rol, no solo académico sino además reorientar el sentido y proyecto de vida de los educandos, incrementando de esta forma la violencia escolar.

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Actividades Docente

MARCO  TEORICO

En un principio es importante resaltar que según ha sido sugerido por varios autores, la violencia no es la misma de una época a otra, ya que cada período histórico muestra un repertorio particular de manifestaciones de este fenómeno social como lo explica, Wieviorka, (1997).

La palabra violencia incorpora una gran diversidad de sentidos, definidos en términos históricos y culturales, Chesnais, (1981); Dupaquier, (1999), “que cubren también una definición generalista, y que incluye muchas situaciones (…).”(p. 55) De esta manera las diferentes expresiones de violencia se pueden presentar desde las formas más leves de infracción o daños materiales, hasta la letalidad y la eliminación del otro, dando como resultado realidades totalmente diferentes, que por supuesto resultan de violencias distintas.

Las conceptualizaciones de la violencia con sus múltiples significados abarcan también las nuevas formas de sociabilidad y de relaciones sociales resultantes de los cambios ocurridos en la estructura social y de la concentración de las actividades humanas en el espacio urbano (Carrión 1998).

Comenzaremos por profundizar un poco más sobre las  definiciones generales acerca del tema de la violencia, hasta pasar a un plano más específico acerca de las áreas que se pretenden abordar en la investigación.

Las conductas de agresión y violencia en los centros escolares es muy similar y se pueden resumir en las siguientes categorías de acuerdo a lo realizado por  Moreno y Torrego (1999):


·Disrupción en las aulas: Se refiere a las acciones de «baja intensidad» que interrumpen el ritmo de las clases. Las disrupciones tienen como protagonistas a los alumnos molestos, que, con sus comentarios, risas, juegos, movimientos, etc., ajenos al proceso de enseñanza-aprendizaje, impiden o dificultan la labor educativa. Se trata de una cuestión que preocupa a un buen número de profesores de todos los niveles.

· Indisciplina (conflictos entre profesorado y alumnado): A veces se producen desórdenes de la vida en las aulas, que constituyen un serio problema escolar: incumplimiento de tareas, retrasos injustificados, falta de reconocimiento de la autoridad del profesor, etc. En ocasiones, incluso, se llega al desafío, a la
amenaza y a la agresión del alumno hacia el profesor, o de este hacia aquel. Tales problemas de indisciplina suponen un grado de conflicto mayor que el que provocan las conductas disruptivas.

·Vandalismo y daños materiales: Una visita a algunos centros escolares nos permitiría ver el alcance del espíritu de destrucción que guía a algunos alumnos: mesas, cristales, paredes y armarios. El docente como mediador ante las conductas violentas en niños destrozados; grafitos obscenos, amenazantes o insultantes; quema de libros, etc. La espectacularidad o la expresividad de estas conductas explican en parte su capacidad para reclamar la atención de la opinión pública, al tiempo que se convierten en demostraciones de fuerza de los actores. En entornos ideologizados –como sucede sobre todo en algunos grupos de adolescentes hábilmente manipulados, cumplen también una función reivindicativa, amedrentadora y subversiva.

· Violencia física.  Aun siendo grave el deterioro que se produce contra el material, tiene más entidad la violencia que se ejerce contra las personas. A ese respecto, se ha detectado un alarmante incremento del porte de armas de todo tipo y de episodios de extrema violencia en los centros escolares, que han llevado a tomar medidas drásticas (detectores de metales, vigilantes de seguridad, circuitos cerrados de televisión, presencia policial en las proximidades, etc.) en las escuelas de algunos países. Particular consideración merece el bullying, término inglés que designa los procesos de intimidación y de victimización entre pares, o, lo que es igual, entre compañeros de aula o de centro. Aunque a veces no sale a la luz, es un fenómeno extendido que consiste en maltratar (psicológica o físicamente) a otro alumno. Avilés (2003) distingue varias modalidades:

·Física. A través de empujones, patadas, puñetazos, etc. Es un tipo de maltrato más frecuente en la escuela primaria que en la secundaria.

·Verbal. Es quizá el más habitual, y se expresa por medio de insultos, de motes, de humillaciones públicas, de burlas acerca de algún defecto real o imaginado, etcétera.

·Psicológica. Este componente está presente en todas las versiones de maltrato. Su finalidad es infundir temor a la víctima.

·Social. Se busca aislar o desprestigiar a la víctima. Se debilita o se rompe el soporte social del sujeto, para que este quede del todo indefenso.

Es importante resaltar todas esas formas de violencia escolar como lo indica el anterior boletín electrónico de investigación, que nos muestra una serie de definiciones de cada modalidad que hoy en día se acentúa cada vez más en las escuelas públicas y privadas de nuestro país, es por eso que dicha información contribuye a nuestra propuesta de investigación.

De acuerdo con la citación realizada por Martínez (2005) la organización mundial de la salud define “violencia como el uso intencional de la fuerza o el poder físico, o de hecho o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o grupo o comunidad, que acuse o tenga posibilidades de causar lesiones, muerte o daños psicológicos, trastornos psicológicos, trastornos del desarrollo  privaciones”.

Está definición dada por la OMS, es de gran impacto, ya que es una organización muy reconocida en el mundo, aportándole a nuestra investigación un concepto más claro y preciso.

La inclusión de la palabra poder además de la frase “uso intencional de la fuerza” amplia la naturaleza de un acto de violencia, así como la comprensión convencional de violencia, para dar cabida a actos agresivos que son resultado de una relación de poder, incluidas las amenazas y la intimidación.  Dicha organización promueve en Ginebra en el año 2002 el Simposio sobre información Mundial sobre violencia y la Salud, en donde se encuentra un modelo explicativo de la violencia en donde se tiene en cuenta:

El nivel individual, en el primer factor definido por la OMS se define al individuo con todas las características biológicas y su historia personal, porque estos elementos influyen en el comportamiento agresivo o no de una persona.  Como segundo nivel se hallan los factores biológicos en donde se consideran algunos como la impulsividad, además del bajo nivel educativo; comportamientos como el uso de sustancias psicotrópicas, antecedentes de comportamiento agresivo o maltrato cuando niño.     Para la OMS el nivel siguiente es el nivel de las relaciones definido por el modo como éstas se desarrollan de forma cercana a los individuos; por ejemplo, como lo son las relaciones del individuo con los amigos, con la pareja y con los miembros de la familia.  En este nivel se presentan algunas relaciones que ofrecen diferentes niveles de agresividad y disfuncionalidad, las cuales favorecen al individuo la posibilidad de convertirse en víctima o perpetrador  de actos violentos.  Es ahí donde el individuo despliega formas de comunicación con la pareja o los amigos y favorece el desarrollo de conflictos o la disminución para contribuir en la salud mental de las personas.

Posteriormente propone el nivel de la comunidad, en el cual los individuos están diferentes contextos que desarrollan las comunidades e inscriben o definen relaciones sociales como la escuela, el lugar de trabajo y el vecindario (vereda).  En el ámbito de la comunidad se pueden identificar las características que se asocian con el hecho de ser víctimas o perpetradores de actos violentos; de igual manera la comunidad puede tener dificultades que expresan problemas sociales como el tráfico de drogas, desempleo elevado o asilamiento social generalizado.

Finalmente la OMS postula el nivel social que hace referencia al nivel externo del individuo donde se tiene menos formas de control; en él se incluyen los factores sociales generales que determinan las tasas de violencia.  Se incluye aquí los factores que crean un clima de violencia, los que reducen las inhibiciones contra ésta y los que crean brechas entre segmentos de la sociedad.  Entre estos factores están las normas culturales que apoyan la violencia como una manera aceptable de resolver conflictos; las actitudes que consideran algunos eventos violentos como el suicidio, estimado más como una opción personal que como un acto evitable.

Cabe resaltar el gran aporte que la OMS, muestra con claridad el modelo explicativo llevado a cabo en Ginebra de 2002,  en el Simposio sobre violencia y salud, los segmentos que conllevan a la violencia, aportándonos información para tenerla en cuenta en la investigación.

Violencia escolar Según lo expresa Abramovay, (2005), “La violencia escolar es [así] un fenómeno heterogéneo, que rompe la estructura de las representaciones básicas del valor social: la de la infancia (inocencia) y la de la escuela (un refugio pacífico) así como la de la propia sociedad (un elemento pacífico en un régimen democrático)”.

 

La violencia en las escuelas va ligada como lo que plantea Abramovay (2005) como violencia institucional y simbólica, implicada en las relaciones de poder que se establecen en el universo social, y más específicamente en el escolar. Esta es una violencia estructural que ha sido incorporada al sistema.

 

Hoy en día se ha vuelto pan de cada día, el término de violencia escolar en las diferentes esferas de la sociedad, responsabilizando casi siempre a los docentes, como si la sociedad en general no hiciera parte de ella, acordémonos que todo comienza por la educación que se le dé a nuestros hijos desde el núcleo familiar.

Como lo señala Díaz-Aguado (2005), más allá de las interacciones que se establecen entre las diferentes partes que conforman el universo escolar (alumnos, maestros), múltiples actores y factores externos están implicados en la dinámica violenta, y se constituyen como factores de riesgo o de protección de la misma.

La violencia perturba de manera muy particular el ambiente escolar, pues además de ser un factor que afecta el desempeño académico y la calidad de la enseñanza, ella contribuye a configurar “un ambiente escolar hostil [que] perjudica las relaciones entre las personas que componen la escuela (profesores y alumnos, profesores y administración, alumnos y alumnos, y alumnos y administración)” Abramovay,( 2005) y que dificulta la socialización en valores de convivencia pacífica, que privilegien el diálogo y la conciliación. Así, escuelas caracterizadas por ambientes violentos (ya estén relacionados con factores externos, ya con factores internos de la misma escuela), han de asumir el compromiso de responder ante el problema para poder hacer frente a la demanda social que constituye su razón de ser.

 

Aquí se ve la importancia de crear un instrumento para aplicarlo a las escuelas y colegios y poder minimizar y prevenir situaciones de violencia escolar, mejorando el ambiente en dichos recintos.

 

Según Díaz-Aguado (2005) la escuela tradicional se manifiesta muchas veces de formas incoherentes frente a la violencia. La tendencia a minimizar la gravedad de las agresiones entre iguales, el tratamiento tradicional de la diversidad (actuando como si no existiera) y el apoyo implícito a la violencia producto de una insuficiente respuesta frente a ella, contribuyen con su reproducción y dificultan su superación.

Así como lo señala Arellano (2007), la mayor parte de la bibliografía disponible al respecto, hace énfasis en el predominio de las medidas coercitivas y de sanción para resolver los conflictos.

El tema de la violencia dentro de las instituciones educativas  que según lo comentan todos estos autores que han realizado  trabajos de investigación sobre el tema de violencia escolar es, sin lugar a dudas, uno de los más difíciles para analizar. Estamos ante un sinfín de variables y, además, como somos partícipes y protagonistas principales los docentes, nos es sumamente difícil ser objetivos de ahí que toda esta información recopilada será de mucha importancia para nuestra investigación y poder describir las actitudes que tenemos los docentes del Instituto Técnico “Aquileo Parra” ante situaciones de violencia en el ámbito escolar.

Así, Cerezo, (2001) explicita: “Para comprender los procesos de interacción en el aula debemos tener en cuenta distintos factores. Factores motivacionales (la intención con la que los alumnos/as participan en las tareas de aprendizaje) y afectivos (sentimientos referidos a uno mismo y a los otros)”. Por consiguiente, la adaptación escolar al grupo depende de las relaciones que los estudiantes son capaces de entablar con sus compañeros y profesores. Pero, en ocasiones, estas relaciones no son adecuadas y la escuela se transforma en un recinto de estrés e inadaptación. Estos estudiantes rechazados por sus compañeros presentan dificultades emocionales, comportamentales y sociales. Para (Gallardo & Jiménez, 1997), la auto percepción de rechazo provoca mayor depresión y ansiedad. Los alumnos rechazados suelen expresar escasa competencia para resolver problemas interpersonales y presentan características adaptativas y de pensamiento divergente muy deficientes. Sin embargo, los centros educativos no pueden renunciar a estos alumnos bajo ninguna circunstancia. Nosotros los docentes que hacemos parte de las escuelas no debemos excluir a los estudiantes violentos o disruptivos. La exclusión temporal puede ser útil en algunos casos, si se da prioridad a la atención y se acompaña de recursos de reflexión y seguimiento. Pero no si sólo consiste en apartar un conflicto de nuestra realidad.

Todo lo anterior sin embargo, ha sido preponderantemente abordado desde una mirada externa a los actores, aportando cifras recogidas de encuestas y observaciones de campo, que no siempre involucran la mirada personal de los sujetos. Es así como en este trabajo se intentará brindar una mirada más interna, proveniente de los docentes de la Institución Educativa Caño Bonito del Municipio de Vélez, Santander,  que conviven cotidianamente con estos eventos agresivos.

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Actividades Estudiante

MARCO CONCEPTUAL

La siguiente información recopilada y extractada de algunos investigadores acerca de la violencia, nos muestran con claridad sus puntos de vista en cada uno de los siguientes conceptos que hacen parte de la propuesta de investigación.

Violencia  Según Rosemberg y Fenley, (1991), La violencia es el uso intencional de la fuerza o del poder y por la cual una o más personas producen daño físico o mental (psicológico), social o en su libertad de movimiento o la muerte a otra u otras personas o a sí mismas, con un fin predeterminado.

 

De esta definición Concha–Eastman (2000) describe tres componentes básicos.

a. La intencionalidad del uso de la fuerza o del poder.

b. La generación de un daño.

c. El fin perseguido, en el que subyace el ejercicio de alguna forma de poder bien sea en el ámbito del hogar, del público o del grupo.

 

Violencia Escolar:

La Organización Mundial de la Salud (2002) define la violencia  como el uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho o como  amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones. Esta definición se amplía al admitir que este uso intencional es utilizado para el ejercicio de poder en la medida que pretende controlar a otro individuo o grupo (Buvinic y  Morrison, 1999; Dahlberg y Krug, 2002). La violencia se comprende en relación con el bienestar de las personas, asumiéndose como un importante problema de salud pública y calidad de vida de las poblaciones.

Florencia (2009) afirma que la violencia escolar se refiere a “aquellas acciones que ostentan una directa intención dañina contra algún integrante de la comunidad escolar, alumnos, profesores, directores, padres o personal subalterno”. No necesariamente se da dentro de la institución pero si está relacionada con el contexto cultural y con las actividades que se desarrollan en este medio (Florencia, 2009).

La violencia escolar tiene múltiples causas, sin embargo, se pueden clasificar en dos grupos: los agentes exógenos y endógenos de la escuela. Los agentes exógenos, se encuentran afuera de la escuela, pero que son decisivos en la formación de rasgos de personalidad de los estudiantes, están alejados de la acción directa de la institución escolar; estos son: el contexto social, características familiares y medios de comunicación. Los  agentes endógenos o de contacto directo de la escuela son el clima escolar, relaciones interpersonales y rasgos personales del alumno en conflicto (Fernández, 2001).

Existen varias maneras de categorizar los tipos de violencia escolar. Moreno (2000), diferencia seis tipos de violencia o conducta antisocial en el contexto educativo, incluye disrupción en las aulas, problemas de disciplina (conflictos entre profesorado y alumnado), maltrato entre compañeros, vandalismo y daños materiales, violencia física (agresiones, extorsiones) y por último, acoso sexual. Estos tipos de violencia pueden ser visibles o invisibles para los padres y profesores pero esto no implica que no se presenten o que no deban ser tratados.

Existen varias maneras de categorizar los tipos de violencia escolar. Moreno (2000), diferencia seis tipos de violencia o conducta antisocial en el contexto educativo,  incluye disrupción en las aulas, problemas de disciplina (conflictos entre profesorado y alumnado), maltrato entre compañeros («bullying»), vandalismo y daños materiales, violencia física (agresiones, extorsiones) y por último, acoso sexual. Estos tipos de violencia pueden ser visibles o invisibles para los padres y profesores pero esto no implica que no se presenten o que no deban ser tratados. La violencia escolar también puede clasificarse en función de los agresores y las personas a las que va dirigida su conducta, así pues se presentan tres tipos de violencia, violencia dirigida a los alumnos, al personal docente y la violencia de los docentes (Porvenir, 2008). Sin embargo en este estudio se tendrán en cuenta los tres tipos de violencia mencionados por  Genevant, Del Rey y Ortega (2002), que son  el maltrato verbal, que incluye agresión psicológica por medio de insultos y sobrenombres; el  maltrato físico, implica golpes, agresiones físicas y peleas;  y el maltrato social e indirecto, que suele darse en grupos sociales que se encargan de mantenerlo, se manifiesta con la discriminación, rechazo y burlas.

Estudios realizados por Enrique Chaux (citado en), investigador del departamento de Psicología de la Universidad de Los Andes, demuestran que en Bogotá más del 50% de los alumnos ha presenciado situaciones violentas en su escuela, ha participado o ha sido víctima de algunos de estos actos violentos (Anónimo, 2008; Competencias Ciudadanas para mejorar la calidad de vida, 2009); “para un país como este, es indispensable la capacidad  para resolver pacíficamente conflictos, porque ésta lleva a que las personas puedan defender sus intereses pero tomando en cuenta los intereses de los demás y buscando acuerdos de manera negociada, dialogada y que favorezcan los intereses de todos sin recurrir a la agresión, el poder y la fuerza” (Chaux, 2009, citado en Competencias Ciudadanas para mejorar la calidad de vida, 2009).

El “bullying” o matoneo

En un sentido más descriptivo, Dan Olweus a partir de sus investigaciones de mitad de la década de los 80 define acoso escolar (bullying) como una situación donde “Un estudiante es acosado o victimizado cuando está expuesto de manera repetitiva a acciones negativas por parte de uno o más estudiantes”

Por su parte, la Asociación Colombiana de Psiquiatría en la actualidad define bullying o acoso escolar, a partir de la conceptualización de los autores (Solberg, Olweus, &Endresen, 2007) los cuales afirman que “son las acciones negativas que se producen de forma repetida en el tiempo, y considera que una acción tal se produce, cuando un alumno, de manera intencionada y muchas veces premeditada, causa un daño, hiere ó hace sentir incomodo a otro alumno o condiscípulo. Dicha agresión puede ser obra de un sólo individuo o un grupo".

La violencia escolar puede verse desde muy distintos puntos de vista, así Epp y Watkinson (1999) refieren que como cumplimiento de la ley, la violencia escolar es sinónimo de actividades criminales que ocurren en la escuela, como son las guerras entre pandillas, el uso ilegal de drogas, el vandalismo, la posesión de armas y la agresión personal. Desde la perspectiva de un educador, la violencia en la escuela comprende aquellos comportamientos que alteran gravemente el entorno seguro de aprendizaje de un aula o de una escuela. Para los alumnos, “la violencia escolar es cualquier cosa que nos haga sentir miedo de venir y de estar en la escuela” (alumna de grado 7).

La violencia escolar no se limita a las escuelas de grandes centros urbanos. Formas ocultas y sutiles de violencia, como la intimidación, el acoso y la discriminación, se encuentran en cualquier escuela, sea urbana, rural, pública o privada, situada en zonas de clase media o de escasos recursos. Aunque para los responsables de muchas escuelas se trata de un tema de poca importancia, probablemente porque no ha llegado a su conocimiento, para los alumnos no es una cuestión baladí. En muchos centros escolares, niños y jóvenes aceptan los enfrentamientos físicos y psicológicos, como parte natural de la adolescencia. Los alumnos toleran esos conflictos y esos comportamientos porque se sienten impotentes para enfrentarse a ellos (Epp&Watkinson, 1999).

Olweus (1998) indica que las actitudes de los profesores frente a los problemas de agresores y de víctimas, y su conducta en situaciones de acoso e intimidación, son de gran relevancia para la dimensión que puedan alcanzar esos problemas en la escuela o en el aula; señala también que para poder implementar programas de intervención se requieren dos condiciones generales: 1) que los adultos de la escuela tengan conciencia de la magnitud de los problemas de agresores y de víctimas, y 2) que los adultos decidan implicarse con cierta seriedad, para cambiar la situación.  Así pues, la conciencia y la implicación activa de los adultos se consideran componentes básicos de cualquier programa. Es fundamental el rol que desempeñan los adultos, especialmente el maestro, en el momento de iniciarse la violencia, en la reflexión posterior a lo sucedido y en la aplicación de castigos. En la medida en que la escuela sea capaz de enseñar a los niños y jóvenes a comunicarse, a expresar emociones y sentimientos  ésta resultará un lugar ideal para el aprendizaje de la convivencia (Imberti, 2001).

Agresividad: Hablamos de AGRESIVIDAD cuando el niño muestra tendencia a atacar a otro individuo o individuos, con la intención de causar un daño físico o psicológico. La fuerza física declarada en  clara agresión; pero también la burla, el abuso verbal y el sarcasmo, son formas de agresividad.  El instinto agresivo se halla en todas las especies, Por lo general tiene una función (conseguir alimento, defender el territorio, etc.).  Es frecuente, decir que el hombre es el único animal que mata por placer.  De todas formas, es necesario evaluar que, en muchas de las conductas agresivas humanas, aparentemente gratuitas, hallaríamos una base de instintos territoriales (afirmar el poder, demostrar la supremacía, afirmar la imagen de sujeto dominante, etc.).  Las normas imbuidas por la socialización entran fácilmente en conflicto en el caso de la agresividad.

Durante el proceso de socialización, el niño adquiere conceptos básicos acerca de la agresividad y de sus usos. Estudios efectuados por Sears, Mccoy y Levin (1957) demostraron que la aplicación de los castigos severos por conductas agresivas en niños genera, en éstos, grados muy altos de agresividad. Es decir, que el castigo contribuye a reforzar algo que quienes lo aplicaban, querían erradicar. De todas formas, en aquellos casos en que los castigos por agresividad eran particularmente severos, conducían a una disminución de la agresividad, expresada también en forma de conductas inconvenientes: apatía y pasividad.  En la mayor parte de los casos, el niño es instruido acerca de cuándo es correcto y cuando no expresar conductas agresivas, o hasta que grado es correcto hacerlo.

Las perturbaciones en este proceso, ya sea porque en el ambiente "flota" una excesiva agresividad, o porque el niño tiene ocasión de visualizar escenas de agresividad, pueden hacer que el niño interiorice unas creencias acerca de la conducta agresiva, las cuales le harán entrar en conflicto con el medio que le rodea.

Actitud: Siguiendo a R.Jeffress  podemos afirmar que la actitud es una respuesta mental y emocional ante las diversas circunstancias que se presentan en la vida. No son específicamente conductas sino modos o formas de conducta o actuación. Se expresa exteriormente, a través de gestos, movimientos, palabras, gritos, risas, llanto, o a veces quietud y apatía, pero responde a estímulos internos, cognitivos y afectivos. No se puede tener una actitud frente a lo que no se conoce, o no se valora, como bueno o malo. Significa tomar una posición corporal y/o valorativa sobre determinados objetos o hechos, en base al conocimiento obtenido de los mismos. Ante esa representación mental se generan sentimientos positivos o negativos, que hacen nacer una respuesta, en una relación causa-efecto.

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Evaluación

EVALUACION

El profesor deberá realizar una evaluación de tipo formativa, donde tome en cuenta la participación y proceso de cada uno de los alumnos. Este proyecto será el 20% de la calificación de las distintas materias que toma en el año escolar. El alumno también hará una auto evaluación que será tomada en cuenta para la calificación final según el criterio de los profesores. 

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Notas

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Creditos

Proyecto Creado Por Jenny Paola Murillo Garcia - Utilizando A Eduteka.org

Conclusiones

Podemos Concluir Diciendo Que Un Punto Importante, En TÉRminos De Buen Liderazgo Directivo, Al Momento De Planificar Estrategias Para Enfrentar El Problema, Es La&Nbsp;Coherencia Con Los Valores Institucionales. Tener Como Fundamento, Para Cualquier Plan De AcciÓN, Al Proyecto Educativo Institucional (O La MisiÓN Y VisiÓN) Es Una Buena PrÁCtica, Pues Permite Crear Sentido De PertenecÍA, Formar Identidad Y Construir Confianza Con La Sede Educativa.&Nbsp; AdemÁS, Fortalecer El Sentido De Comunidad&Nbsp; AyudarÁ A Prevenir Casos.&Nbsp;


Otro Aspecto Relevante Es La Actitud De Los Equipos Directivos. Una ReacciÓN Bastante ComÚN Es Negar El Tema.&Nbsp; Lo Peor Que&Nbsp; Puede Hacer Un Director Es Cerrarse Al Tema Y Pensar Que No Ocurre. TambiÉN Advierte La Importancia De PolÍTicas Claras Y Preestablecidas: &Ldquo;Nosotros Tenemos Un Procedimiento Escrito, Que Implica DiagnÓSticos Por La Orientadora Y Psicopedagoga, Y Posteriores Seguimiento Al Caso&Rdquo;.&Nbsp;


Finalmente, Cabe Destacar Que La Importancia De Este Tema No SÓLo Radica En El Valor De Un Ambiente Libre De Agresiones Para Mejorar Las Condiciones De Aprendizaje, Sino Que La&Nbsp;Sana Convivencia Es Un Imperativo Para Una Vida DemocrÁTica SÓLida Y Saludable.&Nbsp;


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Ficha técnica

Área:Humanidades

Asignatura:Ética y valores

Edad: - No hay restriccion de edad

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