Descripción

Seguro que alguna vez a lo largo de tu vida has escuchado el término de Fascitis plantar. Bien porque algún amigo o familiar la ha padecido, o porque te ha tocado sufrirla en tus carnes.

La fascia o aponeurosis plantar es una banda gruesa de tejido conectivo que se encuentra en la planta del pie, y discurre desde la parte anterior del hueso Calcáneo( el hueso del talón), hasta la parte de los dedos.

Tiene una consistencia inelástica pero cierto comportamiento viscoelástico. Está formada principalmente por fibras de colágeno tipo I dispuestas longitudinal y oblicuamente, con algunas fibras superficiales que se extienden transversalmente en las porciones proximal y distal. Podemos encontrar colágeno tipo III en el tejido conectivo laxo donde los grandes haces fibrosos cambian de dirección. También contiene cierta cantidad de fibras elásticas que varían en espesor, y están dispuestas en hebras longitudinales de grupos de fibras entrelazadas capaces de cambiar su orientación en virtud de un aumento progresivo de la carga, produciendo un aumento gradual de la rigidez.

Sus fibras se continúan anatómicamente con las del paratendón de Aquiles a través de una banda delgada correspondiente al periostio del calcáneo, existiendo relación entre los espesores del tendón de Aquiles y el de la fascia.

Es una estructura de soporte, que absorbe los impactos y mantiene la bóveda plantar.

Se observó que la fasciotomía total( cirugía) producía un colapso del arco longitudinal medial que conducía a un pie plano, lo que llevó a la conclusión de que la función principal de la fascia es mantener la integridad del arco longitudinal y proporcionar estabilidad al pie.

Tanto los tendones como la fascia plantar se encuentran escasamente vascularizados, por lo que su regeneración en caso de traumatismo o lesión resulta muy lenta al no recibir los nutrientes y el oxígeno suficiente. 

La fascitis plantar es una causa muy común de dolor en el pie, tanto en deportistas como en personas sedentarias. El dolor aparece en la planta del pie, cerca del talón, siendo un dolor que empeora al caminar o hacer ejercicio. Se trata de una lesión frecuente en deportistas (baloncesto, running, futbol, balonmano,…).

Algunos estudios afirman que aproximadamente, el 10% de la población puede llegar a padecerla en algún momento de su vida, y muchas veces es bilateral.

El término de “fascitis”, refiriéndose a un proceso inflamatorio, no es correcto del todo. La nomenclatura correcta sería Fasciosis, ya que se han observado cambios histológicos en la estructura de la fascia, pero no una inflamación como tal.

Tanto el poco ejercicio físico como el ejercicio intenso pueden favorecer la aparición de una fascitis plantar. Algunas de las causas son:

• Acortamiento del tendón de Aquiles y/o de la cadena posterior.
• Sobrepeso
• Pronación excesiva
• Flexión dorsal del tobillo limitada
• Debilidad en la musculatura del pie (y de la región de la planta del pie)
• Mal acondicionamiento físico
• Superficie demasiado dura
• Estiramientos no adecuados (o ausencia de estiramiento)
• Calzado inadecuado

La EPTE consiste en la aplicación de una corriente galvánica (continua) de forma percutánea estimulando directamente el tejido afectado a través de una aguja.

En esta aplicación se produce una reacción química que ´rompe´ el tejido fibrótico degradado y crea una respuesta inflamatoria adecuada para su posterior regeneración.

A día de hoy, la electrólisis percutánea terapéutica es la técnica más efectiva para recuperar lesiones crónicas en el tendón y fascia plantar, tanto en deportistas de élite como cualquier persona que padezca de este tipo de lesiones

La media de sesiones para resolver la lesión son 5 o 6. Se suele pautar una sesión semanal de tratamiento con Electrólisis, acompañado de ejercicios excéntricos.

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